El Stadion An den Alten Försterei, el Estadio en el Viejo Forestal, es la casa donde se congregan Los Acereros. Con una capacidad de 22.180 espectadores, está lejos de ser el más grande de la Bundesliga. Pero su afición se encarga de hacer sentir a la visita tan poco bienvenida como sea posible. Resulta impresionante presenciar una barrera de sonido que abarca los 360 grados en un recinto limitado a una platea de asientos de 3.700 puestos, siendo los más de 18.000 boletos restantes para el público que va de pie, abarrotando un estadio que se vuelve caldera. ​ El secreto está en la cercanía de la afición al campo. Prácticamente al borde de la línea de cal, la inmersión es total en el Alten Försterei. El hecho que haya más capacidad para espectadores de pie que sentados, sólo añade a ese ambiente intimidante, pero inignorable.

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El primer día de vida del Alten Försterei fue el 7 de agosto de 1920. Con la industrialización de Berlín, se hizo patente en 1910 la necesidad de tener un espacio apropiado para prácticar fútbol, dado que anteriormente los primeros jugadores que formaron parte del club disputaban sus partidos en una superficie limpia, donde antes de cada encuentro tenían que dibujar las líneas del campo. Por ello, en 10 años después se inauguró el centro deportivo Sadowa, que después pasó a llamarse Stadion An der Alten Försterei, nombre que cogieron de una casa forestal cercana a las instalaciones y que ahora es la oficina central del club.

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El estadio ha sufrido varias remodelaciones desde entonces, la reforma más grande tuvo que ver con la tribuna de pie y la construcción de la nueva tribuna principal (de 2012 a 2013). Pero la más interesante fue en la temporada 2008/09, cuando en la contrucción participaron unos albañiles muy especiales: la afición del Union Berlin. Más de 2.300 voluntarios trabajaron durante 140.000 horas en total para ayudar al club a ahorrarse algunos millones de euros. Un acto solidario sin precedentes, pero no el único que ha llevado a cabo el club. El FC Union Berlin también es conocido por celebrar en el Alten Försterei sus cantos de villancicos anual con los aficionados.